El 24 de noviembre se ha reunido el Consejo Pastoral Diocesano en la Casa Diocesana Málaga. El Secretario General de la Diócesis, Francisco García Villalobos, reflexiona sobre la necesidad de este órgano, compuesto mayoritariamente por laicos.
«Quizá lo más destacable de este consejo es la nutrida presencia de laicos»
El papa Francisco nos ha advertido en reiteradas ocasiones contra la tentación del clericalismo. Cuando se da en la Iglesia, limita el espacio de expresión y actuación de los laicos y los mantiene al margen de las decisiones (v. Evangelii Gaudium, n. 105). Esta postura auterreferencial es una tentación contra la que también nos prevenía Benedicto XVI (v. Vigilia Encuentro internacional sacerdotes, 10-6-2010). Pero hay que reconocer que existe tanto un clericalismo de los clérigos como una clericalización de los laicos. Pues para ambos estados (tanto para los consagrados como para los seglares) puede resultar tentador derivar las responsabilidades únicamente a los ministros ordenados, o a una especie de “élite” de seglares de “confianza”. “A los sacerdotes “les agrada la tentación de clericalizar a los laicos; pero muchos laicos, de rodillas, piden ser clericalizados, porque es más cómodo, ¡es más cómodo! ... Para mí, el clericalismo impide el crecimiento del laico. Pero tened presente lo que he dicho: es una tentación cómplice entre dos. Porque no habría clericalismo si no hubiera laicos que quieren ser clericalizados” (Papa Francisco, Discurso a la Asociación “Corallo”, 22-3-2014)
Uno de los medios privilegiados que los seglares tenemos para ser fieles a nuestra identidad en la Iglesia, y ejercer nuestra co-responsabilidad como bautizados, es participar en los órganos consultivos que el Derecho prevé, particularmente en los consejos pastorales parroquiales, y en el diocesano. Centrándonos en este último, conviene saber que la finalidad del Consejo Pastoral Diocesano es estudiar y valorar, bajo la autoridad del Obispo, todo aquello que se refiere a las actividades pastorales de la Diócesis y sugerir conclusiones prácticas sobre ellas, a fin de promover la conformidad de la vida y de los actos del Pueblo de Dios con el Evangelio (Ecclesiae Sanctae, 16; C.I.C., c. 511).
En este sentido es un medio idóneo para que sus miembros puedan transmitir al Obispo, que lo preside, su percepción “a pie de calle” de las problemáticas de nuestras comunidades cristianas; así como sugerir criterios y líneas de acción pastoral para discernir los cauces de evangelización más adecuados, en relación con las nuevas situaciones: en esta sociedad sujeta a cambios vertiginosos, es preciso adaptarse con rapidez para poder cumplir la tarea (de todos, no sólo de los sacerdotes) de evangelizar: “los enormes y veloces cambios culturales requieren que prestemos una constante atención para intentar expresar las verdades de siempre en un lenguaje que permita advertir su permanente novedad. Pues en el depósito de la doctrina cristiana una cosa es la substancia y otra la manera de formular su expresión” (Evangelii Gaudium, n. 41).
¿Quiénes forman parte del Consejo Pastoral Diocesano? Junto a los miembros natos, es decir, por razón de su oficio (los Vicarios Generales, el Secretario General, los Vicarios Episcopales, los Delegados episcopales, y el Rector del Seminario), son elegidos otros sectores representativos de la Diócesis (las Congregaciones religiosas, las Cofradías, etc.). Pero quizás lo más destacable es la nutrida presencia de laicos, uno por cada uno de los dieciséis arciprestazgos que hay en nuestra Diócesis. Es por ello que el Consejo Pastoral Diocesano se trata, sin duda alguna, de un cauce privilegiado para expresar la corresponsabilidad y el espíritu de comunión de todo el Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Málaga (y especialmente de los seglares) con nuestro pastor, el Obispo.